Alcohol, cuando parar

El alcohol, como la mayoría de las drogas, afecta a cada persona de forma diferente. La forma en que va a afectarnos el alcohol no podemos conocerla de forma segura hasta que no lo consumimos, es una lotería. Algo que va escrito en nuestros genes, en la forma en que nuestro cuerpo va a usar la sustancia, en la forma en que va a degradarla.

Aun así, puede describirse un proceso por fases de forma general, que se puede aplicar a un gran número de personas. ¿Quieres saber cuando has bebido suficiente?

Las personas tenemos esa forma natural de hacer las cosas, de huir de aquello que nos hace mal y de acercarnos a aquello que nos produce placer. Hay un momento en que debe dejarse de beber, si queremos seguir pasándolo bien y no empezar a vomitar por las esquinas en plan punk destroyer o llegar a hacer cosas que… bueno, esas cosas que no recuerdas y no quieres recordar al día siguiente.

También hay que entender, ante nada, que el consumo abusivo de alcohol es siempre algo nada aconsejable, ya que el síndrome de abstinencia es uno de los peores que puede pasarse, requiere ingreso hospitalario, puede llegar a causar la muerte y las secuelas posteriores pueden llegar a ser bastante graves. No poder crear recuerdos nuevos puede ser una de ellas, quedarse atrapado en el tiempo.

Pero el alcohol es legal y quién mas quién menos ha tomado alguna copa de vez en cuando, esta al alcance de todo el mundo, algo socialmente aceptado e incluso en algunas situaciones, deseado.

Dejando rollos a un lado, voy a describir un poco el proceso de borrachera, para saber cuando debemos decir basta.

Efectos activadores

1. Activación motriz, agitación, euforia.

Se da un pico de dopamina en las vias nigroestriada y mesolímbica. Este efecto no tiene tolerancia ya se relaciona con receptores nicotínicos, que no se regulan a la baja (en todo caso se regulan paradójicamente a la alza, como en el caso de la nicotina). Por tanto, el efecto placentero no desaparece.

2. Deshinibición social.
No hay tolerancia a este efecto. Interviene la serotonina sobre el receptor para la serotonina 5-HT3 en el sistema límbico.

3. Perfil nootrópico.
Intervienen el hipocampo y el córtex cerebral. Efectos de potenciación de los procesos de aprendizaje, procesos intelectuales… Afinación de la inteligencia (si poseemos de ella previamente, claro). Interviene el neurotransmisor acetilcolina sobre receptores nicotinicos, por esta razón, no hay tolerancia.

4. Efecto vasodilatador.
Interviene el óxido nítrico. Acciones sinérgicas con la viagra (fiu fiu).
Se empieza a notar cuando la naricilla y quizá las mejillas se ponen rojas (es la típica nariz de Rudolf).
En este momento, ya tenemos suficiente alcohol. Ya no nos hace falta beber, mas. JUSTO. De todas formas, veamos los efectos que siguen en caso de no parar de beber.

5. Efecto afrodisíaco.
Hay que tener en cuenta que la línea divisoria es finísima. Cuando notemos el efecto vasodilatador hemos de parar, este efecto afrodisíaco llegará, no llegará si seguimos bebiendo (aquellos con experiencia en borracheras me estarán entendiendo). Es innegable que el alcohol goza de cierto efecto afrodisíaco, unido a los efectos anteriores, un par de copitas y la gente está mucho mas dispuesta (jeje). No hay tolerancia a este efecto, y en caso de haberla, es parcial.

Efectos depresores

6. Incoordinación motriz.
Tiene un efecto sedante. Actua sobre el cerebelo y el cuerpo estriado. Andar haciendo eses es consecuéncia de este efecto.

7. Efecto analgésico.
Darse un golpe borracho y que no duela hasta el día siguiente es algo bastante normal. En estos casos está relacionado el efecto analgésico (reductor del dolor) del alcohol. Intervienen los opioides y el óxido nítrico.

8. Anestésico e hipnótico.
Sueño, mucha dificultad para despertar y atender.

9. Coma y muerte.
Se detiene el corazón y la respiración. También se puede producir la muerte por ahogamiento debido a los vómitos y a la imposibilidad de despertar y cambiar de postura.

Los efectos activadores no tienen tolerancia, en cambio los efectos depresores si. Esto quiere decir que las personas alcohólicas, a fuerza de consumir, toleran los efectos depresores manteniendo los efectos activadores, es decir, los placenteros. Por lo general, los efectos activadores solo los notamos a dosis bajas, sin embargo las personas que abusan del alcohol sienten estos efectos placenteros también a altas dosis.

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